Impregna en mi piel tu repulsivo aliento,
Transgrédeme como sólo tú sabes hacerlo,
Abusa tanto como han violado a esta alma,
Este inútil e imperfecto despojo de cuerpo.
Ahoga entre tus sucias manos mi martirio,
Sucias manos callosas que tejen mi delirio,
Inunda mi ser desnudo en pudor vacío,
Súmeme en tu laberinto lleno de frío.
Sacia tu furia ajena en el deseo cobarde,
Sacia tu repugnante e insaciable hambre,
besas mis suaves piernas cual vil amante,
bestia, maldita bestia, fiel asesino de castidades.
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