En clases

No aprendo nada de esta clase, así que escribiré y divagaré un poco.
Hay clases que sólo están de relleno, lamentablemente ésta es una de las que no fue concebida con esa idea, pero el titular hace que así se crea.
18:35 p.m. y el reloj parece tan lento.
Y habla y habla y habla, y no creo que conciba realmente de que habla.
Y sólo espero la hora que calle su falsa diligencia, que las historias prestadas no nos interesan.

En la ignota oscuridad

(Ensayo de En la cripta de H.P. Lovecraft)

El hombre que teme irremediablemente. El hombre que se esconde como un niño en un rincón oscuro, tapándose los ojos, envuelto en la penumbra de la que ha huido en esas pesadillas que le atemorizan.

El verdadero terror que atrapa al hombre no radica en absoluto en lo que éste conoce, sino en aquello que se encuentra a los lejos; entre esa niebla que el suspenso y el miedo a lo desconocido le han provisto.

El hombre no huye de lo conoce, ya que en la memoria tiene presente cada ángulo, cada vértice de las figuras con las que convive. En cambio, esa cara descolorida, ese rostro en las sombras, ese extraño nombre y los sonidos que abundan en el supuesto silencio, y nos hacen sentir incapaces de atraparlos, viéndonos a nosotros mismos desprovistos de consuelo, con el rostro cubierto de falaz miedo. Esas son indudablemente las razones de por qué temer.

El género de horror y los grandes maestros de éste, conocen nuestras debilidades, y se aprovechan además de ellas, de esa curiosidad infantil, que nos mantiene presos, víctimas de los calabozos de una retorcida imaginación, pues ahora no sólo tememos a lo desconocido, sino a lo desconocido que estamos por conocer.

En la cripta, H.P. Lovecraft nos envuelve entre letras escalofriantes, nos presenta a fantasmas tras las paredes que nos cuentan secretos a voces, incita a los demonios que guardamos dentro a salir y clamar rencorosos, su espacio en este plano que creemos dominar.

Lovecraft, como todo un maestro del terror y el suspenso, nos atrapa en su sobrenatural forma de escribir, nos invita a navegar con los ojos bien abiertos y los sentidos totalmente despiertos en esas 210 páginas que integran este fabuloso libro de historias taciturnas, sombrías, fantasmales y extraordinarias.

En el primer cuento, homónimo al título de este taumatúrgico libro, Lovecraft nos ilustra como el deseo de venganza puede sobrepasar las barreras más extraordinarias, incluso las de la muerte. La muerte se vuelve un juguete ante los deseos de ese hombre ambicioso que anhela a toda costa, reclamar hasta la última ofensa de que ha sido víctima.

El libro consta de nueve relatos fantásticos, sumiéndonos en el deseo de venganza que atraviesa fronteras; en la soledad y la ausencia que se transforman en el delirio que llevan a más de uno de nuestros protagonistas a cometer los actos más terriblemente horrendos que podríamos imaginar.

En la cripta, Las ratas en pared, El color surgido del espacio, La música de Erich Zann, El grabado en la casa, La llamada de Cthulhu, Aire frío, El ser en el umbral y El Terrible Anciano, vamos descubriendo uno a uno los distintos rostros que se esconden detrás del genio perverso de Lovecraft.

Lovecraft nos presenta como a un espejo a ese hombre que tirita más de miedo que de frío, como un niño; a ese hombre que clama venganza desde la muerte, por la muerte; al melancólico joven que busca desesperado la Rue d´Auseil, turbado ante la música de aquel seductor y a la vez horrible violín.

Encontramos tras las letras del genio, grabados y a ancianos dementes evocando sus más perversos deseos, mientras las páginas de un libro tan viejo como el mismo tiempo, permanecen abiertas, mostrándonos ese espantoso retrato de carnicería.

Lovecraft nos presenta al final, a modo de cierre, un taciturno y luctuoso retrato de senectud. Nos ilustra a un viejo lobo marino, que gracias al tiempo y el espacio que se cizaña en derrotarnos, nos ofrece como un cristal empañado su ya casi olvidada juventud. Sin embargo no todo es lo que parece, y el destino da volteretas que a veces arrojan terribles e inesperados resultados.

Las letras de Lovecraft nos conducen a laberintos inusitados, a carreteras imprevistas y a finales tan sobrenaturales como aquellas historias que les han dado a la vez, vida y muerte.

Alondra Vázquez

Letras sucias


(Ensayo sobre Música de cañerías de Charles Bukowski)

Envuélveme entre tus letras. Estoy de frente, desnuda ante la portada naranja, atenta, lívidamente atenta a tu música obscena. Preséntame a quien haces llamar tu doble: Henry Chinaski. Conóceme, y déjame entrometerme en cada página como lo he hecho antes. Bukowski, no arrebates de mis manos esta música de cañerías a la que me he arrojado un rato para viciarme de ese perverso deseo que por ti me persigue hace años.

Obsceno, crudo, sucio, amargo, taciturno y desdeñoso. Alcohólico empedernido y amante desconocido; Bukowski me ha vuelto a atrapar con su encanto habitual. Música de cañerías es sin duda una obra perversa y grotesca, donde Bukowski nos invita con cada uno de estos magníficos relatos cortos a conocerlo un poco.

Somos entrometidos por naturaleza, y cuando no hay ninguna novedad en este absurdo mundo que gira a cada momento, nunca está de más indagar y viajar con otros, revolcarnos un rato en el dolor y el placer ajeno y hacerlo nuestro; pero cuidado, a veces un paso mal dado te puede condenar sin retorno, como le sucede a muchos lectores de éste y otros autores. Sin embargo, el peligro de quedar atrapado para siempre entre estas sucias letras hace más exquisita cada aventura.

Una cerveza en el bar de la esquina, y un libro con portada naranja y una chica de espaldas totalmente desnuda, hacen sin duda una gran compañía en esas tardes de ocio y frío. En esas noches heladas a lado de un cigarrillo y la última copa de vino, con el fin de masturbarnos un poco con las letras sensuales y grotescas que quieren jugar en nuestra cabeza, proporcionándonos un lento y luego rápido cambio del ocio al placer.

No hace falta leer consecutivamente, no hace falta seguir una secuencia, puedes continuar con la historia que sigue o simplemente abordar una aún más lejos. Puedes simplemente recordar que exactamente no fue Bernadettte para más tarde besar a Lilly. Presentarte a una dama salvaje, o simplemente ir al funeral de tu padre, sentado en un bar enfrente de la funeraria.

Recorrer las páginas obscenas de Bukoswki es perdernos sin retorno en ese manantial de placeres culposos, de delicados placeres, envueltos en sucias letras que nos atrapan sin retorno.

Más de una vez me he perdido entre las historias de Chinaski, y volver al mundo real se torna algo difícil, sintiendo que la excitación y el deseo poseen a mi mente y mi cuerpo. Sentirme en el punto g de mi delirio, para volver a esa realidad en la que mi único deseo es retornar a esa locura. Es difícil terminar un relato y dejar pendiente el siguiente, pero es todavía peor, una labor titánica, tener que abandonar y dejar a medias un relato que me tiene atrapada por completo y postergar el encuentro con Chinaski y sus retorcidas locuras para otra hora u otro día.

Bukowski sabe utilizar muy bien la lengua para conquistar a una mujer. Sabe atraparte entre esas letras juguetonas de amante, para luego arrojarte suavemente a las manos de la locura. Cuidado, Bukowski puede hacer despertar aquellas pasiones más ocultas y enviciarte un rato, jugar con el placer culposo de tus más oscuros años, y hacerte revolcar por momentos de placer. La única solución que encuentro es dejarte atrapar entre el manto seductor de las letras de Charles, y hacer arte ahí, mientras el regocijo del placer domina por completo tu ser.

Alondra Vázquez

2:25 a.m.

11:25 a.m.

Hoy tampoco estás... así como no estuviste ayer, ni el día anterior, ni el día anterior a ese.

Hoy tampoco estás... y yo sigo aquí, esperando que estés, cuando sé que desapareciste.

Hoy tampoco estás... y es un cambio radical. No sé si podre soportar.

Hoy tampoco estás... pero mañana seré yo, quien no estará más.

Justamente

Justo cuando pensé que había encontrado aquello que estaba buscando, llegas tú y te me arrebatas de las manos. Sé que nunca leerás esto, hombre del otro lado del mundo, tú, despertando a esta hora de la madrugada en mi mundo, temprana hora de la mañana en el tuyo. Sé que nunca leerás esto, porque no sabes que está escrito para ti, y aunque lo supieras, sería lo de menos, porque éste no es tu idioma... ésta no es tu lengua y el cuerpo y las manos que escriben esta nota de madrugada dirigida a un pueblo recóndito en un lugar recóndito a un hombre recóndito también, tampoco son tuyas, aunque entre confesiones me haya declarado tuya, nunca lo fui. Porque tú bien sabías que yacías en tu pequeño universo, ahí, muy lejos de mí, del otro lado del mundo, mientras yo... aquí, muy lejos de ti, tenía la osadía de pensarte, de soñarte. Mañana será otro día, y vendrán otros más, sólo espero, que el próximo viaje que emprenda con destino a ti, no te encuentre sin buscarte o te busque sin encontrarte.
Pero tú en realidad no existes... sólo estás en mi mente, porque nunca exististe, nunca estuviste presente, sólo eras otro cantante más, otro escritor más, otro hombre con manos hermosas y voz rasposa, y yo no era tu amante, ni siquiera te amaba, sólo era... como diría ella, una fan más. Y hoy, simplemente te digo, "good bye my dear Max".

A gritos

Estás tan muerto,
cual sentimiento extinto
por un implacable fuego.

Estás tan frío,
cual espécimen perdido
en mi témpano de hielo.

Estás vacío,
tan vació como esos cuentos,
tus cuentos sin fundamentos,
donde no existía el tiempo,
y donde yació tu entierro.

Estás tan vivo,
como tus mentiras digan,
mientras tanto mi querido,
yo ya no soy una niña.

No vuelvas nunca a mi vida,
aunque a gritos te lo pida,
estás muerto, muerto, muerto,
y no creo que revivas.

Sentimientos encontrados

Te extrañaré a ti...
y me extrañaré a mí junto a ti.
Extrañaré tu cuerpo lejano.
Extrañaré tu besos, tan fielmente añorados.
Te extrañaré a ti...
y me extrañaré a mi junto a ti.
Porque mi piel es la tuya.
Y mis labios son los tuyos.
Y el canto de mi cuerpo
sólo entona su marcha
cuando hace conjunto
con tu cuerpo desnudo.

No eres bienvenido.

Construyendo otro monumento a mi ego. Bienvenido al paraíso conocido como infierno. Éste es mi vicio, éste es mi sitio, así que aquí se someten a mis caprichos. Lady Dead Angel y su Manicomio Mental, ¿te atreves a atravesar el portal? Visita conmigo ese sueño ideal, descubre la mentira tras ese mundo irreal, vislumbra tras un alma desesperada. Dead Angel - Azmavet too - Valkyria