El deseo corrompe mi interior
se entromete como virus en mi cuerpo
mi alma clama por su redentor
mientras se anula nuestro encuentro.
Estática me encuentro hoy
entre clamores de un antiguo amor,
mis manos tocan un nuevo dolor
tu recuerdo ahora es tiempo muerto.
Como fuego se empieza a expandir
inunda mis extremidades
no me deja sola, no me deja huir,
la ceniza del deseo se deja fluir.
Mis ansias locamente degeneradas
esperan en el tiempo tu soez mirada
aguardan el retorno fervientemente
de tu viril palabra que las penetre.
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