No puedo pedir más,
que un encuentro fugaz,
que el contacto que tenue
débilmente me ofreces.
No puedo callar más,
estas ansias locas
que contengo ahora
y a mi cuerpo enloquecen.
Quiero gritar ahora,
estas ansias malditas
infringirte el deseo
en mi ser contenido.
Quiero morir ahora,
entre tus manos de niño,
entre tu envilecido
apetito lascivo.
En ti repercutirá
el antojo de mis medias,
reflejo de noches negras
que velan siempre en tu espera.
Voy a desprenderme ahora,
de la ropa que te aleja,
de la piel que ya no tocas
del hambre que me provocas.
Probaré por fin tus años,
deslizaré en ti, mi lengua,
probaré en mis tus manos,
deslizaré mi hambre en tregua.
Recorreré fielmente tu locura,
tú, juega mientras tanto saboreando,
tus manos en mi cintura,
tú, hazme ahora como a ninguna.