Vamos extínguete, ya extínguete deseo, me harté de que me quemes tan lento. A la espera de apagar el fuego que llevo dentro con un balde de agua tan frío como el hielo.
No soy más que un tempano, un tempano que arde lentamente para dar paso a un simple cubo de hielo que se derrite entre las manos de tu deseo que yace apagado, pidiéndome a gritos en mi mente que vuelva a encender las brazas y dancemos subyacentes dentro.
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