
una loca y su dolor
una tonta que creyó en el amor
que tu corazón carecía.
Otro instrumento de tu sed indecente,
una vana tarde con frío,
un absurdo instante vacío,
sólo otro rato caliente.
El dulce bufón,
de lo que tu perversa mente creó
muñeca maquilada
al antojo de tus sábanas.
Y aunque nunca importo mi intención
déjame llorar un segundo más
tu ausencia, resentir tu indiferencia
abrazar mi deficiencia.
Morir en la manos
del hacedor de mis daños,
creer ciegamente
que me amas, que te amo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario